Es especialmente común sentir hambre después de beber un poco de alcohol. ¿Cuál es la razón para esto? Los estudios en animales indican efectos neurológicos y hormonales.
Se podría pensar que el aumento del apetito tras el consumo de alcohol está relacionado con su efecto inhibitorio. Sin embargo, un estudio de 2017 en ratones sugiere otra explicación.
Los investigadores alimentaron a los ratones con altas dosis de alcohol. Después de ingerir este alcohol, los ratones comieron más de lo habitual. Luego, los científicos estudiaron la actividad neuronal de estos ratones: dado que el alcohol contiene calorías, debería desencadenar una respuesta neuronal para reducir el apetito. Sin embargo, contrasta con las neuronas llamadas AGRP cuya actividad era particularmente alta. Estas neuronas suelen activarse en caso de inanición extrema, incluso de inanición.
Para confirmar el papel de estas neuronas, los investigadores bloquearon su actividad y luego volvieron a llenar los ratones con alcohol. Como era de esperar, comieron mucho menos. Dado que las neuronas AGRP también están presentes en los humanos, ¡podemos suponer que también están involucradas en el hambre que podemos sentir después de unos tragos!
También es posible que el alcohol suprima algunas hormonas reguladoras del apetito, como la leptina. Pero ningún estudio ha probado de manera concluyente esta hipótesis…
¿Significa esto que beber alcohol engorda? Este parece ser el caso del consumo regular y excesivo, pero este efecto puede variar según los hábitos de consumo, el sexo o el tipo de alcohol consumido.
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