Desde que los humanos se propusieron conquistar el espacio en 1957 con el lanzamiento del primer satélite, Sputnik 1, no han dejado de contaminarlos. Dispositivos de comunicación obsoletos, varios desechos … el desperdicio de espacio es un problema real, ¡Porque gira a alta velocidad, y la más mínima peladura de pintura puede ser fatal para un satélite! En 2016, el astronauta Tim Peake fotografió un impacto de 7 mm en la cúpula de observación panorámica de la Estación Espacial Internacional, posiblemente causado por escombros de unos pocos miles de milímetros de tamaño. Para evitar este tipo de situaciones, se ponen en marcha soluciones.
En 2018, se lanzó RemoveDEBRIS, un satélite de la Universidad de Surrey, Inglaterra, para probar varias tecnologías en objetivos simulados. Puede atrapar escombros con una red y una lanza y reducir la velocidad con una vela. De manera más ambiciosa, en 2025, el satélite ClearSpace-1, desarrollado por EPFL en Lausana, Suiza, puede atrapar 100 kg de escombros antes de quemarse con ellos en la atmósfera terrestre. “Esta misión es el primer paso hacia el diseño de plataformas reutilizables capaces de absorber muchas cosas”, señala Luc Beguet, director y cofundador de Clear-Space SA. En cualquier caso, limpiar el lugar no será una tarea fácil, y se hará a un precio elevado. La mejor forma de evitar que los futuros turistas espaciales acaben en un vertedero, como ocurre en la Tierra, es llevar la basura a casa.
Según Cieloesazul.com No. 1248.